Antonia Bozzo, nacida en 1997, es una diseñadora integral egresada de la Universidad Católica. Su enfoque de exploración se centra en capturar el movimiento en objetos estáticos. En la actualidad, esta búsqueda se materializa en el mundo de la cerería a través de su proyecto llamado Aklara. En este proyecto, Antonia se dedica a la creación de velas utilizando la ancestral técnica de inmersión.
Sus primeros acercamientos al trabajo que desarrolla actualmente nacen de la observación de las algas marinas. Inspirada por la forma en que crecen y se mueven suspendidas bajo el agua, buscó capturar ese movimiento orgánico fuera del entorno acuático. A través de una exploración exhaustiva de materiales, ha adquirido un profundo conocimiento de las distintas características que la parafina sólida adquiere en función de la temperatura, lo que le ha permitido aprovechar sus propiedades de adhesión, modelado y acabado en diversas formas.
La influencia de la gravedad en el proceso de creación es relevante, permitiéndole a Antonia determinar cuándo trabajar las velas en suspensión y cuándo apoyarlas, lo que la llevó a romper con la concepción tradicional de una vela recta individual y explorar configuraciones con múltiples velas y diversas curvaturas.
En el diseño de las velas, la funcionalidad es lo que define su forma. Aunque las velas se presentan entrelazadas entre sí, cada una respeta el camino que el fuego recorre de manera individual, manteniendo su estructura inicial y evitando que se derrita el resto de las velas en el proceso.
En su trabajo, el fuego es el elemento central que lo inicia y lo concluye todo. Antonia utiliza el fuego para derretir la cera virgen y también como medio para quemar la vela. Existe una cierta hipnosis y tranquilidad que se genera al observar las llamas. Este es el valor que más aprecia en Aklara: crear esculturas vivas que encapsulan la posibilidad del fuego y transmiten esa sensación de calma.